miércoles, 30 de junio de 2010

Relato Triangulado

-"¡Se va la lancha!"- fue una de las primeras frases que escuchamos al momento de llegar al Muelle Prat. Muchas personas a cargo de lanchas se disponían a llamar la atención del poco público que temeroso, y a la vez curioso, llegaba al sector, invitado a observar la tradición que ha perdurado en el lugar por varias generaciones. La gran familia que conforman las personas que aquí trabajan luchan día a día por conseguir un sustento económico para sus hogares. Cada integrante disfruta del ameno ambiente que allí reina, o mejor dicho reinaba... En esta ocasión, apenas llegamos al sitio notamos cierto aire de desolación: el terremoto del pasado 27 de febrero había dejado su huella no solo el muelle, sino que también en el corazón de los porteños. Esto mismo se convirtió en una de las razones que nos motivó a elegirlo como punto de investigación, ya que queríamos saber el porqué de esto, llegar al fondo de la situación y sacar a la luz aquello que a nuestros ojos se oculta, además de poder conocer más acerca de la historia que se esconde en uno de los sectores patrimoniales, culturales y turístico más importante de Valparaíso.

Para adentrarnos en el asunto, comenzamos a observar el lugar para entender cómo afectaba el aire de desolación al público en general: en los turistas extranjeros se notaba sorpresa por los daños estructurales, sin embargo, esto nos los reprimió, paseando por el sector de lo más normal (aunque la cantidad de turistas extranjeros era mínima); en el caso de los turistas nacionales, se veía en sus rostros reflejada la preocupación ante lo acontecido, sumándose a esto un recelo hacia el mar, evidenciado principalmente en los adultos "no quiero pasear en lancha porque si hay otro maremoto..." (visitante del sector); y la gente del lugar: los lancheros, artesanos y demás trabajadores tenían en sí mismo una atmósfera deprimente, pues se notaba a la vista que su vida había cambiado.
Para introducirnos en el tema, desde el punto de vista de los verdaderos protagonistas, nos acercamos a conversar con don Carlos Lemus, presidente del Sindicato de Interempresa Nacional de los Trabajadores de Lanchas del Muelle Prat, el que amablemente nos fue entregando la información necesaria para tomar conciencia de lo que realmente pasaba. Uno de los temas que más nos intrigaba era el porqué el Muelle Prat seguía en tan malas condiciones a dos meses del terremoto, a lo que él nos respondió que era por causa del nulo actuar por parte de la empresa responsable del muelle, la Empresa Portuaria Valparaíso. Luego nos enteramos de que dicho sector es propiedad de esta empresa y que la Asociación de Dueños de Lanchas "arrienda el sector del muelle para atracar y poder realizar los viajes por la bahía" (Nelson Garrido, socio del sindicato de lancheros), por lo que la EPV tendría la obligación de hacerse cargo de la mantención del lugar. Sin embargo, la EPV y los lancheros (nos centraremos en estos últimos como representantes de la lucha) son rivales que buscan hacerse de la propiedad o mantenerse en ésta, respectivamente. Por una parte, la empresa quiere expulsarlos del lugar, puesto que ocupan un sector estratégico para el puerto. Por el contrario, los lancheros no quieren moverse de ahí, porque el muelle ha estado con ellos por generaciones, naciéndoles un sentimiento de pertenencia e identidad para con éste.
Para poder organizarse y lograr defender sus derechos de manera unida, crearon en 1984 el Sindicato de Interempresa Nacional de los Trabajadores de Lanchas del Muelle Prat, inicialmente con el fin de solucionar los problemas entre los trabajadores y los dueños, no obstante, a esto se le sumó la lucha en contra de la EPV, que tomó propiedad sobre el puerto completo de Valparaíso en el año 1998, a partir de la promulgación de la Ley 19.542 de Modernización Portuaria. Ahora no sólo defienden los derechos de los trabajadores, sino que además su fuente de trabajo. Cabe destacar que si la EPV consiguiera correrlos del lugar no sólo sería un golpe para los lancheros, también sería un golpe para la historia del puerto.
Lo malo de toda esta lucha es que son los lancheros y personas que conviven ahí las que sufren las consecuencias de manera directa, puesto que la empresa cuenta con el respaldo de la ley. Es por esto que los lancheros están organizados para pelear por sus derechos y conservar lo que a ellos les pertenece.
En estos momentos, el problema más importante que afecta al muelle, y con ello a quienes se encuentran en él, es la destrucción que generó el pasado terremoto. Lograr darle una pronta solución es la batalla actual acaecida en el lugar, la que involucra a todos los trabajadores del sector. Hasta ahora la EPV sólo les ha dado "aspirinas" ante los problemas que ellos tienen y les han dicho que deben esperar hasta que se realice el cambio de mando del directorio del puerto (de la concertación a la alianza), y que pasados seis meses comenzarían los estudios del lugar, en otras palabras, están evitando la entrega de una pronta resolución.
Según lo que nos contaba don Nelson Garrido, la relación problemática se da entre los lancheros y el directorio de la EPV, ya que estos últimos son los que no los aceptan y buscan erradicarlos del lugar, por lo que los lancheros deben estar atentos ante las jugadas que estos realicen. Esto es lo que gatilló una serie de medidas adoptadas por los lancheros (sindicato y asociación) y que ha tenido una serie de consecuencias. Para empezar, por medio del asesoramiento del señor Milos Miskovik, director del Departamento de Desarrollo Turístico de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso y gracias al apoyo ésta última, se logró la distinción de Patrimonio Intangible de la Humanidad para las lanchas, consiguiéndose con esto protección y apoyo del Estado y la UNESCO, asegurando su permanencia en el muelle, además de poder conservar su fuente de trabajo. Adicional a esto se está buscando la forma de actuar legalmente para mejorar la situación del muelle, por medio de una demanda hacia la EPV para que ésta responda por los problemas infraestructurales del sector. Aunque aún está en vías de planificación y no es nada seguro, en caso de que resultase traería consecuencias prometedoras para el mejoramiento de las condiciones post-terremoto que se viven en el Muelle Prat.

Podemos concluir que la lucha que se da en el muelle está lejos de acabar y que, aunque los lancheros estén en desventaja ante la EPV, estos no se rendirán tan fácilmente, pues buscarán todos los medios para conservar el Muelle Prat como su lugar de pertenencia y hogar por mucho más tiempo, conservándose así parte de la tradición y cultura porteña más llamativa de la Joya del Pacífico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esperamos sean de su agrado las publicaciones realizadas.
Su opinión es importante para nosotros, por lo que les solicitamos respeto y seriedad en los comentarios. Gracias.